Disfraces eróticos: una buena opción para las modelos de webcam
En los últimos años, las chicas webcamers como yo nos hemos vuelto tremendamente populares porque ofrecemos algo diferente y especial al público que desea disfrutar de un poco de morbo en Internet. Ahora que tenemos a nuestro alcance prácticamente todo el porno que desearíamos, lo que los clientes buscan es algo distinto, algo especial, algo sugerente, un contacto mucho más directo con la propia chica que ven. Las webcamers han existido desde hace años pero es cierto solo ahora están consiguiendo volverse mucho más populares, precisamente por la gran cantidad de sitios donde podemos encontrar este tipo de chicas. Las hay para todos los gustos, además, así que podremos quedarnos con la que más nos guste y disfrutar de su show erótico, incluso conseguir que haga lo que le pedimos, desnudándose, tocándose, etc…
La popularidad de los sitios de webcamers ha traído también una gran rivalidad y competencia entre ellas. De ahí que la mayoría estén buscando cómo llamar la atención, cómo presentarse de manera diferente para conseguir más visitas y más usuarios. Si eres una de ellas, una de las que trabaja en este tipo de servicios online, seguro que habrás probado todo tipo de estrategias para lograr que tus clientes se queden mucho más tiempo contigo. Interactuar con ellos es vital, y eso supone tener también un gran don de gentes, para que la tentación siempre les enganche. Una buena manera de conseguirlo es a través de los juegos de rol, disfrazándote de un personaje reconocible y jugando con los usuarios a través de la pantalla. De enfermera, de colegiala… Las opciones son casi infinitas, y tú misma podrás escoger la que más te guste para poner un punto más de morbo a la situación.
Disfraces eróticos más recurrentes
Hay disfraces que son muy reconocibles porque llevan ya casi impregnado ese punto de vicio y sensualidad. Además, la mayoría de disfraces de estos roles que podemos encontrar en las tiendas o en Internet son, de hecho, bastante provocativos ya de por sí. Tenemos, por ejemplo, el clásico disfraz de colegiala, uno de los más fáciles de encontrar o incluso de fabricar, ya que solo necesitaremos una camisa blanca y una falda a cuadros, normalmente roja o verde. También podemos buscar una corbata a juego con los colores de la falda, que suele dar mucho juego en la parte de los pechos. El toque final son un par de coletas, para tener un aspecto un poco más aniñado y seducir así a cualquier usuario que entre a vernos.
El disfraz de enfermera sexy también es común, y sobre todo, muy erótico. Existen muchas variedades, pero si lo que buscas es provocar el efecto más ardiente en tus clientes, lo mejor es llevar el más escueto posible, que deje poco a la imaginación. La ejecutiva sexy también es uno de los disfraces eróticos más emblemáticos, sobre todo porque da una imagen mucho más seria que los anteriores, casi como dominante, y eso también pone mucho a los hombres. Un traje de chaqueta, una camisa blanca y unas gafas, para darle el punto más sensual, y ya serás una ejecutiva perfecta. Si buscas algo un poco más alternativo, la vampira, la diablesa o la bombera también pueden ser disfraces que den mucho juego, ya que al fin y al cabo lo que necesitamos es precisamente eso, jugar con esos roles.
¿Por qué excitan a los usuarios?
Lo cierto es que la excitación y el morbo son puntos muy subjetivos, y cada cual los siente por algo en concreto, sin necesidad de que esto será realmente lo más erótico objetivamente hablando. Es como preguntarnos por qué hay hombres que prefieren a las rubias y otros que prefieren a las morenas. Sin embargo, se puede teorizar que este tipo de disfraces excitan especialmente porque dan pie a una fantasía concreta, algo que desata nuestra imaginación y nos hace ponernos mucho más cachondos. Las fantasías siempre funcionan muy bien en ese sentido, y por supuesto, cada cual tiene las suyas, pero es cierto que muchas tienen en común esa excitación por estar con una colegiala, una enfermera sexy… Tal vez todo venga, igualmente, de tantas escenas que ya hemos visto de este tipo donde las actrices van disfrazadas de esa manera.
Muchas modelos recurren a los disfraces para ocultar su identidad
Aquí hemos expuesto el tema de los disfraces como algo meramente morboso para los usuarios, y también para la propia chica, que puede despegarse de su rola para tomar otro totalmente distinto. Sin embargo, es cierto que en algunos casos las webcamers no quieren ser reconocidas, ya que su trabajo sigue siendo para muchos una especie de tabú. Es por ello que se ponen estos disfraces, para ocultar su identidad y de paso, dar una imagen sexo y totalmente anónima. Tal vez con ese disfraz, el usuario se imagen a su vecina, esa que tanto le pone, en lugar de concretar la identidad de la chica. Esto también puede ser un buen motivo para utilizar los disfraces sexis en nuestros directos. Por supuesto, la máscara será imprescindible, para no mostrar el rostro.
Otros beneficios de usar disfraces eróticos
Disfrazarse es, para muchos, una liberación, y en el tema del sexo se puede entender de una forma mucho más clara y evidente. Dejamos atrás los tabúes, los miedos y las barreras porque nos convertimos en otras personas. Al disfrazarnos estamos interpretando a un personaje, normalmente más atrevido que nosotros mismos. No lo decimos solo para las webcamers, sino para cualquier persona que decida utilizar este tipo de disfraces en la intimidad, para darle un poco de picante a su relación de pareja. Ese es uno de los beneficios más evidentes, el poder ofrecer algo diferente, el quitarnos de encima la rutina para disfrutar de algo distinto.
Con un disfraz erótico nos sentimos más sexuales, y eso también influye en nuestra forma de vernos a nosotros mismos. Ganamos en confianza, porque estos disfraces están hechos para provocar, para resaltar nuestras partes más eróticas. Por eso es tan divertido disfrazarse y mostrarse así, con ese punto salvaje. Los disfraces ayudan también a reducir nuestro estrés y nuestro nerviosismo ante un momento que puede llegar a ser delicado, como el de acostarnos con alguien. Son una buena forma de romper el hielo y mostrar nuestro lado más caliente y morboso, además de dar pie, como ya hemos visto, a los juegos de rol que tanto se disfrutan en la cama.