Striptease integral: mi primera vez ante la cámara
Estaba bastante nerviosa, no lo negaré, pero desde luego fue una de las mejores decisiones de mi vida. Ponerme delante de la cámara y desnudarme, quitándome no solo la ropa, sino los complejos, me ayudó muchísimo. Ahora entiendo que fue un verdadero punto de inflexión en mi vida, y me alegro muchísimo de haberlo hecho. Hace falta ser valiente, por supuesto, pero al final te das cuenta de que muchas veces le damos más importancia a las cosas de la que realmente tienen, y un cuerpo desnudo tampoco es la gran cosa.
Somos dueños de nuestro cuerpo y de nuestra desnudez, pero está ha sido “robada” por la propia sociedad, como algo vulgar, señalando a todos aquellos que la practican en público. Yo, sin embargo, me siento cómoda así, mostrándome tal y como soy. Sé que tengo un buen cuerpo y sinceramente, quiero lucirlo al menos mientras pueda. Y si saco algo con ello, pues mejor que mejor, porque esto de la desnudez no hace mal a nadie, al contrario, creo que estoy haciendo felices a muchos hombres y seguramente también a alguna que otra chica.