Striptease integral: mi primera vez ante la cámara

Striptease integral: mi primera vez ante la cámara

Estaba bastante nerviosa, no lo negaré, pero desde luego fue una de las mejores decisiones de mi vida. Ponerme delante de la cámara y desnudarme, quitándome no solo la ropa, sino los complejos, me ayudó muchísimo. Ahora entiendo que fue un verdadero punto de inflexión en mi vida, y me alegro muchísimo de haberlo hecho. Hace falta ser valiente, por supuesto, pero al final te das cuenta de que muchas veces le damos más importancia a las cosas de la que realmente tienen, y un cuerpo desnudo tampoco es la gran cosa.

Somos dueños de nuestro cuerpo y de nuestra desnudez, pero está ha sido “robada” por la propia sociedad, como algo vulgar, señalando a todos aquellos que la practican en público. Yo, sin embargo, me siento cómoda así, mostrándome tal y como soy. Sé que tengo un buen cuerpo y sinceramente, quiero lucirlo al menos mientras pueda. Y si saco algo con ello, pues mejor que mejor, porque esto de la desnudez no hace mal a nadie, al contrario, creo que estoy haciendo felices a muchos hombres y seguramente también a alguna que otra chica.

Qué me animó a dedicarme a esto

Era bastante joven y supongo que al tomar la decisión también peso el hecho de ser algo inconsciente, aunque yo no me sentía así, desde luego. Es una decisión que debemos meditar, por supuesto, pero que al final supone simplemente un paso más allá en algo que nos hará más libres. Necesitaba el dinero, por supuesto, y pensé que no era mala idea desnudarme por completo en la seguridad de mi casa, con una cámara delante, mientras los hombres me veían simplemente a través de una pantalla. Me gustaba sentirme segura aquí, y así lo estaba. Ya hacía topless en la playa, así que el cambio tampoco fue tan grande. Simplemente me dejé llevar.

Me preparé a conciencia para el momento, porque sabía que era importante dar una buena primera impresión. Vi vídeos de otras chicas, elegí música que me hiciera moverme sensualmente y practiqué sola en casa, delante del ordenador, para que todo saliera perfecto. Y sí, hubo momentos de duda, por supuesto, pero al final decidí hacerlo porque era algo que me apetecía y que me iba a permitir ganar un dinero que me vendría de perlas. Y no me equivoqué.

Mi primer cliente

Cuando ya me consideré preparada para dar el paso, entré en diversas páginas de webcams eróticas para escoger la que más me convenía. Allí, en un rinconcito, aparecería mi foto, llamando la atención de los hombres. Saque una muy provocativa, porque sabía que debía destacar entre tan numerosa y espectacular competencia. Cuando mi cliente entraba, en el horario estipulado, podría ver cómo me desnudaba poco a poco, de manera muy sugerente, quitándome toda la ropa que tenía encima y paladeando cada segundo. Fue una sensación extraña pero muy excitante, y entonces entendí que había tomado la mejor decisión posible, tanto que todavía hoy sigo con este trabajo, y encantada de la vida.

Así fue mi primer servicio

Poco a poco me fui animando más y más, comprobando también que había clientes que simplemente me veían y no comentaban, pero que otros sí que lo hacían. Algunos, los menos, eran un poco vulgares, pero la mayoría me trataba superbién y eran muy simpáticos conmigo. Empecé a darle vueltas a la forma de hacer algo más que un simple striptease, porque todos mis clientes me lo pedían, así que tomé la decisión de hacer un show especial en el que ellos elegirían, con sus órdenes, todo lo que querrían que yo hiciera. Y la verdad, me lo  pasé de lujo.

Al principio tenía un poco de vergüenza pero poco a poco fui cogiendo más confianza, sobre todo gracias a lo bien que me trataban mis clientes, y a ver sus reacciones ante cada nueva cosa que hacía. Era como ir siempre un poco más allá. Tenía un  montón de juguetitos conmigo, y pase de estar completamente vestida a terminar mamando un consolador grandísimo mientras miraba fijamente a la cam y me masturbaba con mi mano libre. Mis chicos se lo pasaran de escándalo y yo también, así que empecé a realizar más shows especiales.

Me encantaría desnudarme para tus ojos

Y aquí sigo, como profesional de la cam, desnudándome a diario para mis clientes, ofreciéndoles los shows más calientes y especiales, los más sensuales y morbosos. Estoy segura de que te encantaría verme tal y como me entrego, porque soy una chica muy mala y viciosa, y no te dejaré a medias jamás. En mis shows especiales me quito de encima la presión y los tabúes y me muestro tal y como soy, disfrutando de mi cuerpo delante de vosotros. Si quieres formas parte de mi grupo de clientes no lo dudes y anímate a dar el paso, porque luego lo agradecerás, cuando veas todo lo que tengo preparado para ti.